Niños y Covid-19
Nos encontramos en una realidad complicada, completamente nueva y con una carga emocional importante. A pesar de los temores que los adultos pudieran tener con respecto a cómo sobrellevarían este período los menores en las casas, seguramente se han dado cuenta que los menores poseen una mayor capacidad de adaptación de la que pudiéramos anticipar. Desean, piden, se quejan, pero si la realidad ES los menores simplemente buscan alternativas para adaptarse.
Desde estas líneas os ofreceremos algunas de las consideraciones a tener presentes para mediar un conducta adecuada con los menores en esta realidad:
1.- La idea NO es "tenerles entretenidos" todo el día. Ellos solos deben aprender a entretenerse. De hecho, es el medio más natural y enriquecedor. Jugando por sí solos, sin ayudas de videojuegos, televisión o compañía de alguien, aprenden a desarrollar su creatividad y fantasía. Además de desarrollar la escasa hoy en día, "tolerancia al aburrimiento". Deben aprender a aburrirse, para aprender a entretenerse solos. Si el adulto responde siempre a sus demandas, nunca lo conseguirán. Aprenderán a adaptarse a su medio, en lugar de acostumbrarse a que su medio se adapte siempre a sus deseos.
2.- La rutina es el hilo conductor del patrón de conducta donde engarzar responsabilidades y juego. El ser humano como animal que es, se desenvuelve en determinadas ocasiones mucho mejor teniendo una rutina ya interiorizada en la cabeza. Esto favorece que todo se acabe haciendo, tanto lo agradable como lo menos agradable, dado que no han de decidir si hacerlo o no, ni cuándo emitirlo. Por lo tanto, organizar su tiempo es importante. ¿Y cómo se organiza?. Siguiendo siempre el mismo orden de las cosas. ¿Qué tareas?, pues tareas escolares, alguna que implique su participación de la dinámica de la organización de la casa (según edad) y dejando siempre espacios libres para que el menor pueda decidir por sí mismo. Consensuar una tabla donde todos los miembros de la familia estén incluidos, describiendo las tareas y el día, dejándola visible para todos, siempre ayuda para que cada uno asuma su responsabilidad y nadie tenga que hacer un control que incomode en la convivencia.
3.- La angustia por el confinamiento suele ser propio de los adultos, no de los niños. Deberíamos no olvidarlo, para no hacerles partícipes de nuestras inestabilidades emocionales, y de nuestra falta de paciencia. Educar a un menor implica paciencia y constancia, y en una convivencia intensa, sin respiros, pueden llegar a darse momentos donde sea complicado mantenerlas. De ahí el deber de estar alertas sobre ello y, buscar pequeños espacios para nosotros mismos. Ver un capítulo de nuestra serie favorita, escuchar nuestro programa favorito, nuestro momento para hacer ejercicio físico, o para darnos un baño.... cada uno tendrá que buscar su espacio, a ser posible diario.
4.- Esta etapa es posiblemente la única a lo largo de nuestra vida que tendremos para convivir con nuestros hijos de una manera tan intensa y enriquecedora. Disponemos de tiempo para ESTAR con ellos, no sólo para "correr, mandarles, y cubrir con objetivos diarios". Es momento de jugar con ellos, de hablar con ellos, de conocerles más, de construir en conjunto con ellos cosas, de enseñarles, DE COMPARTIR. No es una etapa de la que solo pensemos que tenemos que salir lo antes posible, sino una etapa única e irrepetible donde poder enriquecernos de nuestros hijos y permitirles a ellos que también así lo hagan de nosotros, que en condiciones normales, solo nos ven, rápido y ceñidos a un orden estricto de acontecimientos. No pensemos solo en cuanto nos queda para que acabe este confinamiento, sino valoremos el día a día que se nos ofrece de disfrutar con y de ellos.
5.- Busca espacios donde se pueda sentir protagonista de tu vida.
Máxime si son varios los hijos. Háblales, cuéntales, pídeles ayuda, haz que se sientan útiles en tu vida y que te la hacen más agradable.
6.- Si se trata de hermanos, aprovecha esta etapa para enseñarles a solucionar los conflictos. Ahora vas a disponer de tiempo para hablarlo y llegar a una solución consensuada. La velocidad del día a día, en muchas ocasiones lo impide, lo cual favorece que la relación y los conflictos se sigan manteniendo.
7- Trabaja la empatía.
Este aspecto es fundamental para que una persona se sienta integrada y se relacione adecuadamente. Favorece que sientan útiles para los demás, que participen de las consecuencias de conductas poco empáticas de los demás.....Jugar por unas horas al cambio de roles entre los miembros de la familia puede ser interesante a la par que enriquecedor para todos.
8.- Aporta con pequeños gestos cierta estimulación nueva que les llena de cierta novedad su día a día.
Un dulce que normalmente no suelen comer salvo en ocasiones especiales, dormir juntos, hacer "una acampada en la habitación de alguno de ellos", que cocinen alguna cosa, dejarles que organicen alguna rutina de la casa a su manera, que algún día trasnochen.....
9.- Los adultos no abordéis el Covid-19 desde la preocupación excesiva, desde la queja o, simplemente desde el deseo de que acabe el confinamiento. Hay que recordar que los adultos somos los REFERENTES que tienen en todo momento los menores, máxime si son los únicos referentes. El Covid-19, así como cualquier otro tema, los menores lo van a vivir e interpretar por las palabras y la carga emotiva que las acompaña, que el adulto muestre. El menor no lo entenderá como un adulto, pero sí se queda impregnado del encuadre con el que les mostramos determinados temas. Hay que abordar el tema desde la naturalidad, y si esto no es posible, es mejor que lo abordemos sin que ellos estén presentes. Y si ellos preguntan, ofreceremos respuestas en todo momento sinceras PERO ajustadas a la edad que tienen. Esto es, SÓLO contestando a lo que me están preguntando. Ni más, Ni menos información.
Los menores son personas en un proceso evolutivo intenso y siempre se encuentran indefensos frente a cualquier realidad que les toque vivir. No son unos miembros más dentro de la convivencia. Son personas que necesitan de nosotros y que nos pueden aportar y recordar muchas cosas que por nuestra edad ya se nos han olvidado. DISFRUTEMOS DE ELLOS.